Inspirados en la naturaleza costera y con la ayuda de un nuevo autor para Craqué de gira, te contamos la historia de las Hormigas Ganaderas.
Ya habíamos dicho que en la sección Craqué de Gira vamos a publicar de todo un poco:
- Lugares que visitamos,
- películas o series que miramos,
- novedades en general,
- obras de teatro,
- historias inventadas o cuentos,
- o simplemente lo que tengamos ganas de escribir.
Este es el momento de publicar un mini cuento nuevo para nuestro blog, una obra de @nicoeb
Hormigas Ganaderas
En un lugar no tan lejano como podría imaginar y en una tierra no tan extraña como podría pensar, una comunidad prosperaba en la naturaleza.
No eran pocas, sino muchas, ¿unas cien? ¿unas mil? Y si bien eran muchas, todas se conocían, todas eran hermanas, y muy trabajadoras.
Los días eran difíciles, en verano el calor agotaba y en invierno el frío castigaba, pero allí estaban, todas ellas, en familia, como hermanas luchando contra un mundo hostil.
El altruismo era lo que más abundaba en la vida de estas hermanas, que lo daban todo por las otras, hasta su misma vida.
El lugar donde vivían podría parecer una tremenda selva, muy verde y con enormes estructuras vegetales que se elevaban al sol.
Allí ellas desarrollaban su actividad, y allí con cierta dificultad ellas sobrevivían.
Sus actividades eran variadas, algunas se destacaban en la rama de la construcción, otras en la recolección y otras tenían una actividad muy particular y gratificante, pero peligrosa también.
La ganadería
Ella era una de ellas, una de las ganaderas. Esta actividad la llenaba de alegría y orgullo, todas las mañanas se despedía de la mayoría de sus hermanas y partía con un puñado de colegas en una gran aventura.
Debía caminar una enorme distancia, que quizás no lo fuera tanto, y trepar una gran altura, que también quizás no fuera tan alta, y llegar así a un gran tallo en la copa de la planta.
Allí la esperaba su ganado. Ella todos los días temía que su ganado haya sido masacrado por las horribles criaturas que acechaban en la noche, pero no podía quedarse a cuidarlos, era muy peligroso, por eso Ella y sus hermanas solamente lo hacían de día.
Vigilaban atentas, acicalaban a cada una de las criaturitas, las limpiaban de pies a cabeza y las reubicaban de un lado a otro para que se encuentren agrupadas, pero todas con su propio espacio donde poder beber del delicioso y sagrado interior de la planta.
Estas criaturitas agradecían la protección y el cuidado entregando a cambio a las hermanas un delicioso jugo dulce, que ellas guardaban a montones para llevar a su hogar.
A diario debian enfrentar grandes peligros, y algunos días, algunas de las hermanas no volvían. Uno de los peligros que solía acechar y llegar volando a atacar al ganado poseía diversos colores brillantes y un gran caparazón en su lomo.
Eran rápidos y podían, de forma atroz, raptar a algunas criaturitas y huir volando. De estos peligros abundaban, por eso la vigilancia debía ser intensa, para evitar que logren su cometido. Lo positivo es que no se metían con las hermanas.
Mas peligros
Sin embargo había otros peligros mas grandes, que ignoraban a las criaturitas, pero acechaban para atacar a las hermanas. Estos peligros mas grandes si daban miedo de verdad.
Había de todos los tamaños, algunos muy peludos y con múltiples ojos, ocultos en la oscuridad, esperando para saltar como resortes sobre su víctima.
Otros también colocaban trampas donde las hermanas podían quedar atrapadas, cuando esto ocurría, ya sabían que era su fin.
Pero las hermanas igual trabajaban muy duro, con la dificultad que esto conllevaba y aceptando con gran valor la entrega total que algunas debían hacer por el bien de las demás, de ahí que el mayor valor que ellas tenían fuera el altruismo.
El último día
Un día muy ventoso la madre la llamó para comunicarle a Ella una advertencia.
Había tenido un sueño perturbador sobre ese día, quizás muchas hermanas murieran. Pidió que como caso especial, las hermanas hormigas ganaderas fueran las únicas en salir, pues debían asegurarse que sus rebaños estuvieran a salvo.
Al salir, el día estaba gris y un fuerte viento las arrastraba al caminar, debían dar pasos firmes con las patas flexionadas para mantener el equilibrio.
El ascenso fue mas lento y tortuoso de lo que estaban acostumbradas, pero igualmente no parecía ser el peor día de todos, salvo por una variante.
Las leyendas contaban de que en algunos sitios podían avistarse Legendarios Titanes, cuyos pasos retumbaban en el suelo y podían traer tanto bendiciones como muerte.
¿Sería esa la predicción de la madre? De pronto, Ella divisó a un Titan frente a frente, se quedó inmóvil, supo que todas las leyendas eran verdad, sintió como si estuviera fuera de su cuerpo, viendo en cámara lenta lo que pasaba a su alrededor.
El titán se inclinó para observar al grupo de hermanas que corría de un lado a otro tratando de proteger al ganado, y luego de unos instantes lanzó un gélido aliento que cubrió inmediatamente a todo el ganado y a todas las hermanas.
Ninguna volvió esa noche a casa.
Otros rebaños aún permanecen en otros tallos, en lugares quizás no tan lejanos, donde las hormigas ganaderas trabajan a diario para proteger a sus criaturitas, a quienes acicalan, a quienes cuidan incluso con su propia vida, y a cambio reciben el néctar que les permite obtener parte del alimento diario.
@nicoeb
Este fue otro pequeño viaje a la imaginación.
Craqué ♥
